Para algunos parece ser que lo esencial se caratula como lo imprescindible. Así es como podríamos resumir la "buena" existencia con el hecho primario de la simple supervivencia biológica. Tales asuntos se circunscribirían a hechos cuasi motrices como comer, cagar, asearse, trabajar para conseguir estos últimos, educarse para conseguir realizar estos últimos, y todo lo que sea necesario para estos últimos. Punto. La realización pasa a ser un mero hecho de supervivencia y ya no de existencia. Porque para mi la existencia es el resumen de todo lo que nos constituye como seres, y el ser es todo aquello que nos construye como individuo y como colectivo.
Entonces pareciera ser que las asignaturas artísticas en las escuelas son menos importante que poseer un móvil. Me confunde, pero parece ser una premisa muy considerada. La cultura, una vez más, se pone a un lado para algunos que predican el utilitarismo, el materialismo, el consumismo, como la esencia de la vida. Aquello que nos permitirá vivir. Un discurso que encaja perfecto en muchos sectores, sobre todo aquellos que abanderan la "econoproductividad". A su vez estos sectores se encuentran como el resto de los sectores, confinados en cuatro paredes, aludiendo a artilugios que permitan llevar el encierro con mayor soltura y despreocupación como pueden ser la lectura, el cine, la música, el arte, las manualidades, y todo esto junto en los casos de tener niño/as a su cargo. Todo aquello que es tan menospreciado, desechado del conjunto de necesidades esenciales. Aquellas asignaturas de la educación bastardeadas hasta arrastrar a sus márgenes. La cultura como lo sobrante, lo que viene de cola.
Me pregunto cuantos de estos seres pensantes estarán estos días rastrillando la "net" para poder armar un castillo de ilusiones, dar con unas notas musicales o empapar de morados y verdes las cerdas. Ahora parece ser algo esencial para que las paredes no se nos caigan encima.
En realidad creo que no es que este colectivo no le interese la cultura y el arte, o lo vean como algo secundario, sino que lo ven como algo privilegiado, algo que es sólo para quien se encuentra realizado en todos los campos de los derechos, los esenciales y los que no lo son tanto. Lo que quieren es marcar la diferencia, demostrarnos de qué están hechos.
Pero volviendo al la esencia del ser, me pregunto qué es lo que nos hace tan especiales de otros seres vivos. Pues eso, la cultura, el imaginario. Lo simbólico. Todo es símbolo. Sin símbolo no somos más que una tuerca. Y eso es lo que quieren aquellos que necesitan tuercas para poder mantener armada la estructura que los mantiene en la cima, desde donde se pueden escuchar la totalidad de los discos grabados, ver la inmensidad pictórica de la vida, alumbrar sus codicias con poesía autoreferencial.
No somos nadie sin cultura porque la cultura es lo que somos. Las personas mas desdichadas del mundo, quienes transcurren sus días tropezándose con la muerte y la miseria, tienen la involuntaria capacidad de un día poder toparse casi por accidente con un vals que interrumpa su pesar existencial y provoque en su alma, por inercia, un desliz, un zigzagueante corpóreo y mental exquisito que le permita por un instante barrer con toda la mierda que lo inunda y volver a su esencia. Eso también es salud.
Hasta la cultura siempre
Obra del artista Pere Jaume
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